Más del publimetro

image

¿Crisis? ¡¡¡Hay que comprar Euros!!! (Gracias Kwancha por el tip)

image

No, no es que esté mal... es que lo que ustedes no saben es que cada 8 años humanos son sólo 5 años de pitufo.

Frases al azar.

O "Algunas babosadas coherentes de este feliz gnomo hindú".



Aquí barrieron con diferentes escobas flacas. Gonzalo Hernández intentaba jugar, Karina lo molestaba. "¡Niño obeso!" profería quien recientemente solía tener urticaria. Violines, waltz, xoconoxtles y zanahorias.

Allá, bastantes caballos dormían en feas granjas hediondas. Incansables jinetes kaki limpiaban monturas; no oler porquería querían. Repentinamente sintieron temblores. Unánimemente vibraba Washington xenofóbico; yo zapateaba.


Ayer, bastaba con dar el falso gesto. Hoy, inútil jerarquía kilométrica libera, mas nunca olvida. Pero, ¿qué resulta? "Sólo tengo un valor" (-Wagner). Xerófitas yanquis zafadas.


Algunos buenos compañeros dan evidencias fehacientes. Gordos higos, iridescentes jitomates; kilométricamente largos mares nadan oscilantes. Probablemente quien rompa sus tímpanos únicamente verá whisky, xilófonos, yacientes zombies.



¿Dónde resarcir mis fallas?
Sólo la sirvienta dormirá.

Creador de categorías

Sólo quiero que quede constancia de que yo inventé el término "mecartistrónico" (antes de que empiece a aparecer por ahí en otros lados):


Diez años más que lo usemos y tal vez la RAE lo acepte.

Braille

En los últimos días que estuve en el departamento de Uxmal, estuvieron arreglando la banqueta porque no tenía rampas para discapacitados. O personas con discapacidad. O personas con "capacidades diferentes".

No me agrada ese término. "Capacidades diferentes". Quiere decir, entonces, que si yo soy, por ejemplo, un completo ignorante en cuanto a temas de macroeconomía, no deben llamarme ignorante. Sólo es que tengo "conocimientos diferentes".

"Discapacitados", por el otro lado, sí suena feo. Suena a que no son capaces. Y creo que han demostrado que sí lo son.

Por ejemplo, en las Olimpiadas, no sé cuántas medallas ganaron los mexicanos pero fueron un chorro. Yo creo que ya deberían dejar de separar las Olimpiadas "normales" y las "especiales". Deberían de ser una sola, intercalados los eventos (así como se intercalan los de hombres y mujeres), para que todos gocen de la inauguración, la clausura, y la misma cobertura. Y que la delegación mexicana traiga más medallas.

Pero bueno, estábamos en lo de cómo llamarles. Creo que un término adecuado es "personas con discapacidad", al menos a mi parecer.

Todo este choro no era más que una especie de introducción (así como cuando para la piñata te dan vueltas para marearte) para platicarles específicamente de las cosas que hacen para los ciegos.

Por ejemplo, en el metro, seguro todos han visto los canalitos que hay en el piso... ¿para qué son? Pues para que los ciegos con su bastoncito vayan siguiendo el camino. También si no son muy distraídos habrán notado unos letreros amarillo con negro en relieve que indican hacia dónde están los andenes, hacia dónde las escaleras, etc... Aunque de todos modos debe ser algo difícil guiarse sin ver...

Cuando trabajaba en hp, había dos señoras ciegas trabajando ahí. No sé qué hacían, pero muchas veces me tocó verlas llegar al edificio y un policía las iba acompañando hasta su oficina. Porque ahí no había canalitos como en el metro. Aunque no tengo la más mínima idea de cuál era su trabajo. A veces sospecho que sólo las tenían para que todos dijéramos "wow, trabajo en una empresa Socialmente Responsable!" y nos sintiéramos importantes, pero las tenían tecleando al azar en un teclado que no estaba conectado a nada (como cuando a tu primo chiquito le das un control de Nintendo desconectado para que crea que está jugando).

Acá en GNP no me ha tocado ver a nadie con discapacidad. Si acaso por ahí un chavo que tenía mal las piernas y andaba con bastón, pero nada más.

No me explico, entonces, por qué una de las máquinas de comida tiene los botones con Braille:

Muy bien; el proveedor la diseñó así, pensando en las personas ciegas. Y entonces, llega una persona ciega, y ya sabe qué boton es cada uno.

Aunque no tenga ni idea de qué quiere comprar porque no ve lo que hay.


La solución: un sistema de voz. Imagínense una voz robótica que palabra por palabra va diciendo:

"A UNO. PAPAS SABRITAS. PRECIO. CUATRO PUNTO CINCO CERO PESOS.
A DOS. PAPAS SABRITAS ADOBADAS. PRECIO. CUATRO PUNTO CINCO CERO PESOS.
A TRES. PAPAS RUFFLES. PRECIO. CUATRO PUNTO CINCO CERO PESOS
A CUATRO. ..."

Claro que el modelo de lujo ya diría "CUATRO PESOS CON CINCUENTA CENTAVOS".

Y así cada uno hasta que termine de decir todos.

Para entonces ya hay 5 personas más esperando a que el cieguito compre, y le podrían haber ayudado. O golpeado de la desesperación.

Y así sería un cieguito con discapacidad.



Gracias a Angel Kwancha por proporcionar la infraestructura necesaria para el apoyo visual del presente artículo.

Poutine

Ayer, en un partido de fútbol de la nacamente llamada "Concachampions", un salvadoreño de nombre Mauricio Quintanilla, del equipo Luis Ángel Firpo (así se llama el equipo) cometió foul sobre un jugador de Pumas, y el árbitro lo expulsó.

Pero a Quintanilla le valió sorbete y siguió jugando. ¿Por qué no?

El árbitro no se dio cuenta hasta dos minutos después que le avisaron los Pumas.

El árbitro puede haberse visto muy estúpido al no darse cuenta, pero ¿qué pasaba por la cabeza del jugador cuando decidió no acatar la tarjeta roja? Se supone que estás jugando fútbol profesional, apegándote a sus reglas... pero no las sigues. La autoridad en la cancha es el árbirto... y decidió no respetar a la autoridad y seguir jugando.

¿Qué le pasa? ¿Qué tiene en la cabeza?

Yo les diré qué tiene en la cabeza: poutine.

Para aquellos que tengan la buena suerte de no haberlo probado, les diré qué es el poutine. Es un platillo tradicional de Quebec, que consiste en como medio kilo de papas pseudofritas muy grasosas, bañadas en algo que parece una especie de gravy rebajado que no es más que la grasa restante de la olla donde han freido carne durante toda la semana, y probablemente gravy que dejaron los clientes en sus platos el día anterior, y con una especie de queso blanco cuya calidad no excede la calidad del quesillo de las tortas de Don Torta. Agregue si lo desea tocino medio crudo o salchichas o cualquier cosa medianamente comestible.

Esa es mi definición; anexo el wikilink.

Entre los Quebecuas y Montrealeses parece ser muy popular, y supongo que debe ser muy bueno para bajar la peda, pero en lo particular yo prefiero unos jochos de carrito o unos buenos Chupacabras. Más sabrosos y más nutritivos.

El caso es que, creo firmemente que el jugador ése que les digo tiene poutine en la cabeza. Y lo peor es que no es el único.

Hace unos meses me contaba mi mamá de una de sus alumnas de prepa que estaba echando demasiado relajo en su clase. Al ser regañada, la altanera alumna contestó algo como "a mí no me importa la autoridad, yo hago lo que yo quiera!"

Poutine en la cabeza.

No me quiero imaginar qué será esa escuincla cuando crezca. Si tiene suerte y es buena en la cama, tal vez se case con un millonario que la mantenga en una mansión y vivirá felizmente pensando que merece lo mejor de este mundo. Si no, tal vez se una a una banda de secuestradores. Total, qué importan los demás.

Lo peor es que esto del poutine en la cabeza es hereditario y medianamente contagioso. Y entonces ya tenemos chavos que han aprendido que en este país todo se arregla con paros y marchas, e hicieron una marcha para protestar porque RBD se separaba.


Hace unos días, los "maestros" cerraron la carretera a Cuernavaca durante 7 horas. ¿Sus peticiones? No quieren ser evaluados por su trabajo.

Así es, no sólo son malos en lo que hacen, sino que son lo suficientemente estúpidos como para cínicamente admitirlo en público y decir que tienen miedo de que nos demos cuenta de que no saben hacer lo que hacen.

Ah, y aparte quieren poder heredar su puesto o venderlo. O sea que si mi papá es, por ejemplo, médico cirujano, pues yo seguramente también tengo las capacidades y conocimiento para ser médico cirujano. Así, sin estudiar. Créanme, no me evalúen.

Permítanme sacarles el poutine que tienen en la cabeza. Soy cirujano.


Podría seguir... pero me voy a poner de emo otra vez.

¿Qué hacer? Estudiar, trabajar por el bien de la sociedad, tratar de inculcar valores a los niños, y no dejarnos, pero tampoco pasar por encima de los derechos de los demás.

O atropellar manifestantes, como yo casi hice hace unos meses. (¿Ellos tienen más derecho que yo de usar la calle?)


¿O acaso el que tiene poutine en la cabeza soy yo?





PD: Tal vez estoy siendo demasiado duro. Debería darle otra oportunidad. Sólo he probado el poutine una vez, a lo mejor no es tan malo, sólo me tocó uno malo... Sí, le daré otra oportunidad en algún momento...

Y tú, ¿qué quieres ser cuando seas grande?

Hoy mientras me bañaba, decidía cuál sería el siguiente tema a tratar en este espacio. Todo mundo habla de la crisis mundial (siendo subjetivamente fan de Japón, me gustó este punto de vista), pero creo que a veces hay cosas más importantes que resolver cada quien en su interior.

Y tú, ¿qué quieres ser cuando seas grande?

Curiosamente, en la junta de hoy, Israel nos presentó este documento.

Los invito a leerlo pero no es indispensable para discutir el tema de hoy... sólo me llamó la atención cómo 'coincidió' el tema de la junta con el tema de la regadera.


Cuando yo era niño, tengo recuerdos de que la respuesta a esa pregunta era algo como "los lunes, voy a ser bombero; los martes, cartero; los miércoles, inventor. Los jueves, 'hacedor de cintas' (como mi tío), y los viernes policía."

O algo así. El caso es que me llamaban la atención tantas cosas que no podía decidirme por una sola.

El tiempo pasó, la vida avanzó, la escuela llegó... y llegó un momento en el que la respuesta a la pregunta "Qué quieres hacer?" era obvia: terminar la carrera. Durante 5 años no me tuve que poner a pensar en ello.

Hubo un momento a principios de la carrera que sí consideré desviarme y estudiar actuación. Ambas cosas me apasionan mucho, sin embargo me puse a analizar mi futuro y decidí que, no sólo es "menos complicado" conseguir un "buen trabajo" en la ingeniería, sino que mi talento como artista era menor que mi habilidad como ingeniero, así que dejé de preguntarme cuál realmente me gusta más, puesto que ya sabía la respuesta a las preguntas "para qué soy bueno" y "en dónde hay chamba."

Y mucha gente hace eso. Se dedica a aquello que le lleva el pan a la mesa. En mi caso, afortunadamente, me gusta, pero hay mucha gente que ni eso.

Eliges una carrera según donde haya más chamba. (Esther, la señora que hacía la limpieza en mi casa, decía "¿Y por qué no estudia para doctor? ¿O para abogado? Ellos hacen mucho dinero, ¿no?") Durante 4 años tu objetivo en la vida es ir pasando las materias y terminar tu carrera, para poder presumir tu bonito título universitario. Y con él conseguir un "buen trabajo". Que, muchas veces, tampoco lo escoges tú; ellos te escogen a tí.

De los millones de posibilidades de cosas que hacer en el mundo, decides enfocarte a ser empleado de una de las miles de empresas que hay. De ahí, mandas curriculum a unas cuantas decenas, según las que te enteraste en el periódico o en internet o recomendadas. De esas decenas, a lo mejor unas 20 ven realmente tu curriculum. Unas 15 deciden hablarte, sólo 10 logran contactarte, sólo 7 te interesan, sólo a 5 vas a la entrevista, quizás unas 3 te vuelven a llamar, y te das el lujo de decir que "tú escogiste" una.

Una vez contratado, tu meta en la vida durante esta semana es cumplir con las tareas que te asignen en el trabajo, para que al final de la quincena te den tu cheque.

Luego, si funcionas, tus jefes se encargan de lavarte el coco y convencerte de que tu meta en la vida es hacer carrera ahí. (De nuevo, tampoco lo elegiste tú; y resulta muy cómodo que "ya tienes una meta" por los siguientes años, como cuando estabas en la carrera.) Te enfocas años a trabajar para el jefe. El dueño se vuelve más millonario, y tú quizá subes de puesto y recibes un aumento de, si bien te va, un 20%. Y eso te emociona.


Me asusta escuchar a gente aquí en la oficina que está muy feliz porque este año ya tiene VEINTE días de vacaciones, y eso porque ya lleva veinte años trabajando aquí.

Veinte años cumpliéndole los sueños al dueño. Y quién sabe desde hace cuántos se dejó de preguntar cuáles eran los suyos, porque ya se convenció de que su sueño es "hacer carrera" ahí, como le dicen sus superiores.

Toda una vida decidida por el azar de cuál currículum mandaste antes y cuál empresa te escogió.

Robert Kiyozaki le llama "la carrera de la rata".




Hace unos meses aprendí que no siempre "lo que haces" (a lo que le dedicas el 80% de tu tiempo de vida) tiene que estar definido por "lo que te paga." Y entonces regresa la pregunta.

¿Qué quieres ser de grande?
¿Qué quieres hacer?


Todavía tengo algunas "metas obvias" a corto plazo, como irme a la especialidad en Japón. Pero, ¿y al regresar?

  • A veces me veo muy feliz con mi taller de CNC.
  • A veces me veo muy feliz dirigiendo una orquesta.
  • A veces me veo muy feliz como empleado en una consultoría de CAD-CAE-CAM.
  • A veces me veo muy feliz estudiando teatro.
  • A veces me veo muy feliz yendo los lunes a un taller de comedia musical, los martes haciendo robotitos, los miércoles tocando música y cantando con mis amigos,... los jueves hacedor de cintas y los viernes policía.


Ahora me doy cuenta que desde pequeño tenía ese problema. Me apasionan varias cosas distintas. Y lo peor de todo es que, de esas 5 ó 6 cosas que me apasionan, no soy tan malo en 3. Y cada vez que me dedico a alguna, la gente que me rodea me trata de convencer de que le dedique el 100% de mi tiempo a esa.

Como cuando en la carrera quería participar en todos los talleres de teatro y música y Benjamín me decía que entrara con él al concurso de robótica pero yo quería pasarme todo el día en el taller de mecánica pero el sábado en la noche en casa de Diego quería pasarme todo el fin de semana de fiesta y luego participar con ellos en su teatro experimental. Y luego me pasaba la tarde haciendo la tarea de Control de Calidad y luego jugando Nintendo.

Así que la pregunta para mí sigue abierta. Tengo fé en que encontraré la forma de diseñarme una vida que involucre todo lo que me gusta. O al menos, como dice el documento de Isra, dedicarme un rato a algo sabiendo que no será a lo que le dedique mi tiempo toda mi vida.


Y tú, ¿qué quieres ser de grande?

Hola casa nueva.

Después de haber habitado el nuevo departamento durante una semana, tengo un poco de material para hacer un chafipost que calme la sed de aquéllos que se quejan por mi incapacidad de conectarme al internet constantemente desde mi casa para poder generar posts frecuentes. Y además me da por hacer oraciones muy largas y con redacción rebuscada.

Así que, lo que todos ustedes esperaban: una lista de pros y contras de mi nueva casa con respecto a la anterior.

O ventajas y desventajas, para no incurrir en extranjerismos innecesarios.

Desventajas:
  • Parque Delta ya no me queda tan cerca. Ya no puedo ir caminando al cine o al Office Depot o al RadioShack.
  • Ya no tengo un Oxxo abajo de mi casa. No puedo bajar a media comida por un refresco.
  • Mi cuarto es más pequeño. No tengo closet, o sea que no tengo dónde esconder cosas. Tuve que poner la tele esquinada, y ahora no estoy muy seguro de cómo poner las bocinas para el 5.1.
  • La pensión me corre a las 9 de la mañana, y no me recibe antes de las 7 de la noche. Tendré que buscarme alguna actividad entre 5:30 y 7.
  • Ya no me queda el puesto de hamburguesas enfrente. Hay que agarrar coche. Aunque sólo toma 2 min llegar.
  • Es difícil encontrar lugar para estacionarse. Visitas, traigan dinero para el estacionamiento.
  • Le llega muy poca luz al departamento.


Ventajas:

  • Parque Delta ya no me queda tan cerca. Menos parejas de gays caminando alegremente de la mano por mi calle.
  • Ya no tengo un Oxxo abajo de mi casa. No tengo que aguantar a los borrachos reggaettoneros a la 1 de la mañana todas las noches, ni al camión de la Coca, ni a los que se estacionan en mi garage por un momentito para comprar un café. (Por cierto que el otro día me di el gusto de tirar una moto que estaba ahí parada en mi garage y no era de nadie... y algo le rompí jeje)
  • Mi cuarto es más pequeño. No tengo clóset, o sea que no puedo tener cosas arrumbadas ahí. Tengo que mantener mi cuarto limpio.
  • La pensión me corre a las 9 de la mañana. Un incentivo más para no llegar demasiado tarde al trabajo.
  • Ya no me queda el puesto de hamburguesas enfrente. Si pudiera abrir la ventana, no se llenaría mi cuarto con olor a carbón.
  • Hay una recámara más (estudio). Hasta ahora no me ha servido de mucho, pero supongo que es bueno.
  • Hay dos baños. De hecho los dos están bonitos; uno tiene tina y otro tiene regadera tamaño matrimonial, que se ve divertida si se le da un buen uso. Aparte de que a ciertas horas le llega el sol a la regadera, eso me gusta.
  • A la vuelta hay un billar. Tengo que aprender a jugar billar.
  • A la vuelta hay un restaurancito de sushi. Itadakimas!
  • A la vuelta hay un gimnasio. No más pretextos.
  • A la vuelta hay un Pizza Hut. Para contrarrestar el gimnasio.